Del ajo se dicen maravillas: que son buenos para el colesterol, que combaten infecciones, bajan la presión sanguínea, son nutritivos, antiinflamatorios, antiasmáticos, combaten resfriados, mejoran el asma, combaten alergias y por si esto fuera poco, son buenos contra el cáncer. ¡Casi milagrosos! , y yo comprando medicamentos….. Muchas afirmaciones serán verdaderas, otras leyendas urbanas, pero lo cierto es que son un condimento indispensable en nuestra cocina, su sabor es fuerte pero delicioso y en muchas ocasiones, difícil de digerir. Ahora bien, si los asamos, se convierten en suaves y delicados. De esta forma, los podemos untar en pan, añadir en cualquier guarnición, con arroz, untado en carne a la parrilla, en la vinagreta de la ensalada, etc. Si vamos a encender el horno, aprovechamos y metemos alguna cabeza bien envuelta en papel aluminio, luego podemos conservarlos enteros dentro de un frasco cubiertos de aceite de oliva o los machacamos con un tenedor y un poco de un buen aceite y hacemos una pasta que conservamos dentro de un frasco bien tapado en el frigorífico. Lo primero que debemos hacer es precalentar el horno entre 180 a 190 ºC. Pelamos los ajos, dejando las últimas capas, de forma que queden las cabezas enteras, sin que lleguen a separarse los dientes. Con un cuchillo afilado, cortamos las cabezas por la parte superior; una capa muy delgada que deje al descubierto la parte superior de los dientes, manteniendo las cabezas con todos sus dientes. Cortamos trozos de papel aluminio para envolver las cabezas. Colocamos una cabeza sobre un trozo de papel aluminio, le añadimos por encima un chorrito de aceite de oliva y sal. Cerramos muy bien, cuidando que no se rompa el papel y quede perfectamente cerrado. Repetimos la operación con todas las cabezas. Metemos en el horno caliente y dejamos hasta que al presionar los ajos se sientan suaves, unos 20 0 25 minutos, depende del horno y del tamaño de la cabeza. Retiramos del horno, dejamos entibiar, abrimos los paquetes y presionamos por la base de cada diente, saldrán sin dificultad. Los conservamos en aceite de oliva virgen dentro de un frasco de cristal hermético, durarán varios meses sin problemas. Además el aceite tomará sabor y servirá para aderezar otros platos. 
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Ajo Asado
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